En ocasiones las personas nos dejamos llevar por un pensamiento o una situación que nos genera conflicto y en nuestro deseo de solventar ese conflicto nos dejamos llevar por las emociones simplemente para entender qué sucede. Sin embargo cuando nos dejamos llevar por el emocional en algunas ocasiones surgen patrones, memorias antiguas no resueltas que salen a la superficie desde nuestro subconsciente y afloran precipitadamente sin que podamos controlar la mente, el cuerpo y la emoción que ha provocado este desequilibrio que nos ha sacado de nuestro centro causando un caos en nosotros mismos y la incomprensión de las personas que nos rodean.
Es importante que después de cualquier episodio que nos haya llevado a ese extremo, observemos con atención las señales que nos envía el cuerpo para recomponer física, mental y emocionalmente la situación que nos ha causado el conflicto ya que desde el entendimiento y la comprensión podemos sanarlo y evitar la enfermedad o somatización que puede ocurrir si no comprendemos que ha sucedido.
Como seres humanos a veces somos víctimas de nosotros mismos y a veces somos nuestro peor enemigo. La calma, el sosiego y la paz nos llevaran de nuevo a nuestro centro desde la comprensión y la amabilidad con nosotros mismos.
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