Mi nombre es Mercedes soy una persona de gustos sencillos y desde pequeña mi percepción del mundo era muy diferente de lo que me enseñaban en la escuela o me mostraban las personas adultas.
Por las noches deambulaba por mi casa, totalmente dormida, hablando con personas invisibles de forma natural y divertida, ante la mirada atónita de mis padres. A eso hay que añadirle una gran sensibilidad e intuición innata que hoy en día sigo teniendo. En mi casa siempre se me consideró diferente, pero gracias a mis padres y mi familia siempre lo viví con total naturalidad.
En mi adolescencia comencé a interesarme por la medicina y el porqué las personas enferman a raíz de la muerte de mi madre que me marcó de manera muy especial. Sin embargo, mi vida personal y trayectoria profesional siguieron otros derroteros, pero me sentía incompleta, era como si me faltase algo.
Años más tarde comencé a estudiar osteopatía y como si de un puzle se tratase las piezas fueron encajando en mi mente y dejé de sentir ese vacío. Mientras más estudiaba más completa me sentía y por primera vez en mi vida, todo encajaba.
Continúo siendo esa niña pequeña a la que no le cuadran muchas cosas, pero he aprendido a escuchar, informarme y buscar respuestas a veces a preguntas difíciles, por ello hice de la Física Cuántica una de mis pasiones. Ahí comencé a comprender muchas de las cosas que de pequeña no entendía y sigo buscando respuestas con el único objetivo de aportar mi “grano de arena” al bienestar de las personas.