Los druidas originarios de las Islas Británicas eran hombres sabios conocedores de la astronomía, la naturaleza, la geografía y las tradiciones celtas. Eran los encargados de los temas referentes a la religión, los rituales, ofrendas y cultos.
No tenían textos sagrados y transmitían su doctrina de forma oral. Lo que se conoce sobre sus rituales se lo debemos a historiadores como Julio César «De la Guerra de Las Galias», afirma en el libro que eran una casta de iniciados que recibían una formación esotérica muy rigurosa y prolongada en las Islas Británicas.
Es bien sabido que entre los conocimientos de los druidas estaban los relativos al uso de hierbas, plantas y aguas medicinales. De esta forma sus ceremonias religiosas tenían lugar en los límites de la naturaleza demostrando predilección por los lagos y bosques.
Buscaban lugares sagrados dónde realizar sus rituales, en siglo V realizan su primera expedición a «Finisterrae», hoy en dia, Finisterre, guiándose por las estrellas y que discurren por lo que más tarde sería conocido como el Camino de Santiago.
Este Camino de Las Estrellas es el mapa dibujado en el Cielo que sirvió a los peregrinos que desde Cornualles, llegaban de todos los rincones de las Islas Británicas hasta Santiago de Compostela, como un viaje iniciático y religioso.
En el siglo XI se consolida la relación de la Vía Láctea con el Camino de Santiago y conecta con distintas tradiciones: cristianas, paganas y esotéricas.
En realidad la física cuántica nos enseña que todo lo que creíamos que era físico, en realidad no lo es, por eso el Camino de Santiago es un viaje iniciático sea cual sea nuestro estado de conciencia y va más allá de nuestras creencias. Para algunos es un viaje espiritual, para otros es un viaje turístico, para otros simplemente un cambio de escenario y todo está bien. La cuántica ya pondrá las cosas en su sitio en el momento preciso.
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