NAVIDAD

La Navidad es una celebración de origen pagano que coincide cuando el Sol alcanza su máxima declinación y permanece casi sin moverse durante tres días (que significa sol quieto) y en los cuales la luz diurna se hace más corta y las noches son más largas. A partir de esos tres días la luz diurna se alarga un minuto más o menos cada día hasta alcanzar en el solsticio de verano el día más largo y la noche más corta.

Se cree que la Navidad era una fiesta en honor del dios Saturno, divinidad agrícola. Era una fiesta de una semana aproximada de duración en la que se cerraban las cortes judiciales y los excesos no se castigaban. También se hacían pequeños regalos. En el siglo cuarto con el fin de erradicar las fiestas paganas de los Saturnales y del Sol invicto se declaró el 25 de Diciembre como el nacimiento de Jesucristo, aunque no se sabe cuándo nació con exactitud.

En la actualidad la Navidad es la festividad del despropósito, dónde la máxima expresión reside en que debemos ser felices a toda costa, reunirnos con personas a las que no vemos en todo el año y con las que no nos apetece compartir y encima debemos ser generosos y obsequiarles porque lo marca la tradición. Es una festividad consumista y engañosa, llena de seres ficticios que prometen regalos a los niños, si estos han sido buenos.

!Qué crueldad para los niños¡. Qué pasa con aquellos niños que han sido buenos y sus familias no tienen recursos para hacer sus sueños realidad. Eso te marca para siempre con patrones de conducta que a veces ni siquiera el individuo sabe.

Personalmente no me gusta la Navidad por todo lo que implica pero me gusta comunicarme con las personas y compartir lo que pienso. Sólo como una simple sugerencia, estos días vale la pena darnos el gusto de estar con quien realmente nos importa y queremos, aunque sólo sean unos minutos, un café, o un mensaje recordándoles que son importantes para nosotros, aunque eso podemos hacerlo cualquier día pero cobra especial importancia para nosotros estos días, sobre todo por nosotros mismos. Los regalos no son necesarios y tampoco debemos renunciar a las comidas familiares porque muchos de nosotros llevamos en nuestro ADN las obligaciones familiares como una losa de la que, a veces, no somos capaces de poner límites por miedo a ser «raros» o quedar excluidos del clan.

Sea como sea, gracias a todos los que os tomáis unos minutos por leer esta web y por vuestra fidelidad.


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